A 150 km de la ciudad de ciudad de La Paz, se encuentra Caranavi, la capital cafetalera de Bolivia, el cuarto municipio más grande de La Paz y el primer municipio paceño en el que Fundación Natura Bolivia implementó Acuerdos Recíprocos por Agua.
Uno de los primeros guardianes de bosques de esta región yungueña es Don Wilfredo Condori, quien hace 4 años conserva los bosques de su propiedad ubicada en la colonia San Antonio de Bolinda, donde nace el agua que alimenta y da vida a Caranavi.
Don Wilfredo produce café hace muchos años, una esforzada labor que realiza con mucha paciencia y delicadeza. Sus manos develan su arduo pero satisfactorio trabajo, haciendo una selección manual y recogiendo los granos en su punto óptimo de maduración. “Cada grano debe ser escogido y tratado con cariño” menciona nuestro guardián de bosques.
Su trabajo lo llevó a obtener grandes resultados y alegrías, esos granos de café cultivados a una altura adecuada, bajo la sombra de árboles frutales y producidos de forma orgánica lo llevaron a obtener el 6to lugar a nivel nacional como taza de excelencia (cup of Excelence), una reconocida evaluación realizada por catadores internacionales de café y la primera plataforma global de subastas para cafés premiados.
Obtener este reconocimiento lo impulso a seguir produciendo su café y otros cultivos de forma sostenible, sin la ayuda de químicos artificiales como pesticidas y herbicidas, pues haberlo hecho así antes le permitieron participar en esa reconocida evaluación que lo calificó como un excelente grano.
Es por eso que cuando Fundación Natura le propuso firmar un Acuerdo Recíproco por Agua (ARA) para conservar sus preciados bosques, donde se almacena el agua que luego llega hasta las casas de Caranavi, Don Wilfredo accedió sin titubear, pues él estaba muy consciente de la importancia de conservarlos para tener más agua y más oxígeno.
Al principio muchos de sus vecinos tenían dudas, porque no conocían el trabajo de la Fundación, era una institución nueva en Los Yungas, pero Don Wilfredo decía que no había por donde perderse, estaba claro, ellos ponían en conservación sus bosques manteniéndolos intactos, sin hacer quemas, sin talar, sin dañarlos y como incentivo recibían incentivos productivos. Y poco a poco otros comunarios vecinos también se animaron a firmar sus ARA.
Cuatro años después, muchas comunidades de Caranavi visitan la alcaldía buscando sumarse a la conservación porque sienten los efectos del cambio climático en la reducción de sus caudales y también porque vieron como Don Wilfredo y toda su comunidad se benefició con incentivos productivos que los ayudaron a mejorar sus actividades económicas, solamente con la acción de resguardar a sus bosques.
“Los materiales que nos han dotado nos han servido como productores, yo he recibido tanques de agua y alambre, ahora el alambre está ya enmallado y está una belleza mi yuquita ahí adentro” comenta Don Wilfredo.
Todo esfuerzo tiene su recompensa, así sucedió con Don Wilfredo, quien con los incentivos recibidos mejoró la forma de producir sus diversos cultivos y con la venta de su premiado café pudo ahorrar y pagar los estudios universitarios de sus hijos, moneda a moneda, grano a grano, sus sueños y los de los suyos se hicieron realidad.