En Bolivia nacen dos nuevas áreas protegidas municipales: la Reserva de Vida Silvestre Saipina – Paraba Frente Roja (2.778 ha) y la Reserva de Vida Silvestre de Comarapa – Paraba Frente Roja (1.079 ha), con un total de 3,857.74 hectáreas que benefician directamente a las comunidades locales y aseguran la conservación de la Paraba Frente Roja (Ara rubrogenys), una especie endémica y en peligro crítico de extinción.
Estas reservas cuentan con el compromiso activo de más de 50 actores locales de las comunidades de Anamal, La Junta y La Estancia, quienes se han comprometido a proteger a la Paraba y su hábitat. Las reservas fortalecen el corredor biológico de los Valles Secos Interandinos, conectando otras zonas clave, como el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Pasorapa, el ANMI Lagarpampa – Mollepampa en Cochabamba, el ANMI El Palmar en Chuquisaca, el Área Protegida Municipal Jardín de Cactáceas de Bolivia y el ANMI Río Grande – Valles Cruceños. Esta red de conservación conecta hábitats esenciales para la biodiversidad de la región.
Mapa de ubicaciones de La Reserva de Saipina y La Reserva de Comarapa
Un Enfoque Integral de Conservación
Las nuevas áreas priorizan la protección de sitios estratégicos para la anidación y alimentación de la Paraba Frente Roja, ofreciendo refugio seguro frente a amenazas como la deforestación, la expansión agrícola y la captura ilegal. Esta red interconectada de áreas protegidas refuerza la supervivencia de la especie y asegura la conservación de su ciclo vital.
Compromiso Local y Beneficios para las Comunidades
Las reservas impulsan el desarrollo local mediante mecanismos como los Acuerdos Recíprocos por Biodiversidad (ARA), que incentiven la conservación de la especie y su hábitat, fomentando la participación comunitaria a través de beneficios como sistemas de riego, acceso al agua y sistemas productivos sostenibles. Además, los gobiernos municipales de Saipina y Comarapa, como principales responsables de precautelar los recursos naturales y la biodiversidad, también contribuyen a la conservación y educación ambiental, garantizando el equilibrio ecológico y el control de la contaminación ambiental. Estas iniciativas abren oportunidades para el ecoturismo, destacando los atractivos naturales de la región y generando ingresos para las comunidades locales.
Impacto Ambiental
Los Valles Secos Interandinos, hogar de la Paraba Frente Roja, enfrentan una pérdida constante de bosques debido a la expansión agrícola, el pastoreo y la deforestación. Estas áreas protegidas mitigan esta situación al establecer un marco legal para la conservación y el manejo sostenible del territorio. A su vez, protegen otras especies amenazadas, como el Cóndor de los Andes (Vultur gryphus) clasificado como vulnerable (VU), y la Lorita Boliviana (Myiopsitta luchsi), una especie endémica con distribución limitada.
Una Visión de Futuro
Las reservas de Saipina y Comarapa representan un modelo integral de conservación en los Valles Secos Interandinos, conectando ecosistemas clave, promoviendo el compromiso de las comunidades locales y fortaleciendo el desarrollo sostenible, para asegurar la supervivencia de la Paraba Frente Roja y el bienestar de las comunidades que dependen de este ecosistema único.
Este proyecto es parte de la iniciativa Conserva Aves, liderada por American Bird Conservancy, Audubon, BirdLife International, Birds Canada y la Red de Fondos Ambientales de Latinoamérica y el Caribe (RedLAC), con el apoyo de Bezos Earth Fund. La creación de estas reservas también fue posible gracias al financiamiento de Bobolink Foundation.
Natura Bolivia también cuenta con una subvención de Latin American Stewardship Initiative, una colaboración de ABC y March Conservation Fund, para fortalecer operaciones y capacidades técnicas.