A las 5:30 am, antes de que el sol ilumine el paisaje rocoso, partimos hacia el Río Mizque, para observar con detenimiento durante las próximas cuatro horas a especímenes de la Paraba frente roja que habitan los escarpados acantilados que rodean las márgenes del río.
Pocos actos conllevan tanto compromiso y paciencia como la labor de observar aves. Suzanne y Ramón Vargas son el mejor ejemplo, durante las próximas horas no se despegarán en ningún momento de sus binoculares, intentando realizar un conteo detallado de los individuos que habitan la enorme pared rocosa que se encuentra a 150 metros de nosotros. Ambos fueron designados para observar la zona de San Carlos, al igual que ellos, otros cuatro equipos repartidos desde el sur de Cochabamba hasta el suroeste de Santa Cruz, y norte de Chuquisaca, realizaron la misma labor durante dos semanas.
Dos,tres hasta cuatro horas, las que hagan falta, el tiempo no es nuestro, les pertenece a ellas. Y es que al observarlas podemos entender las fascinación que despierta la paraba frente roja. Sus colores van desde el verde, pasando por el turquesa y la parte frontal de la cabeza de color rojo, que parece encenderse como fuego con los rayos del sol. Desafortunadamente su peculiar belleza es precisamente la que las ha llevado al borde de la extinción. La Paraba frente roja (Ara Rubrogenys) es una especie endémica de Bolivia, que habita los valles secos interandinos, por sus temperaturas suaves. Al ser una especie endémica, tiene un área de distribución muy limitada en Bolivia. Lo que implica que esta especie se ha adaptado por miles de años a condiciones climáticas y alimenticias muy específicas. Esta adaptación no sólo la hace única en el mundo, sino que la hace mucho más frágil. El deterioro de su hábitat y el comercio ilegal de aves exóticas son sus principales amenazas.
El Libro rojo de los vertebrados de Bolivia (2009) precisa, que hasta mediados de los ochenta existían por lo menos 5000 individuos en estado silvestre. El último censo oficial realizado en 2009, hace una década, arrojó resultados alarmantes, en los que se contabilizó una población de 800 individuos.Lo que revela que aproximadamente un 90 % de su población desapareció . Tomando esto en cuenta y con el objetivo de crear un plan de acción estratégico para la conservación de la Paraba, es que se vio necesario realizar un censo que nos diera un primer esbozo del estado actual de la paraba frente roja.
Fundación Natura Bolivia y Asociación Civil Armonía unieron fuerzas para llevar a cabo el censo de la Paraba frente Roja. Para ello se reunió a un magnífico equipo de especialistas y voluntarios para colaborar con el proceso. Este se inició el pasado 13 de Marzo con una capacitación teórica y práctica, en la que se asignó el material e instrucciones a cada equipo. Estas primeras capacitaciones se llevaron a cabo en la reserva “Frente Roja”,ubicada en el municipio de Omereque (Cochabamba).
Armonía creó la reserva en el 2009 para proteger la mayor colonia de cría conocida de la Paraba Frente Roja en el mundo. En la que colaboran las comunidades indígenas de Perereta, San Carlos y Amaya. Desde hace años buscan cambiar la percepción que tienen los pobladores de esta especie, que muchos ven como plagas que afectan sus cultivos.
Los días pasan, entre la calma y el ojo avizor de los observadores. Que soportan las inclemencias del clima con increíble temple. Cada área asignada requiere entre 7-8 horas diarias de minuciosa observación. En las que se recogen datos, como el número de parejas que habitan el lugar. El comportamiento de estas puede revelar si existe un posible nido, ya que no suelen alejarse demasiadas horas de las cavidades en las que habitan. Y suelen intercambiar turnos para vigilar el exterior.
Ahora queda aguardar los datos obtenidos por el resto de equipos, esperemos que los resultados sean más alentadores que los de hace una década. Y estamos esperanzados de que cada día más personas sean conscientes del tesoro que habita en las grietas de Omereque.Y que el ser humano logre reconciliarse con este ave, que sólo desea sobrevolar los cielos como lo solía hacer en el pasado.