En el corazón de Bolivia, las vastas llanuras y los espesos bosques de Charagua Iyambae han sido el hogar y sustento de las comunidades indígenas guaraníes durante generaciones. Estas tierras, ricas en biodiversidad y cultura, encontraron en los líderes del Alto y Bajo Isoso a sus más fervientes defensores. Este es el relato de cómo la lucha por proteger estos territorios que consideran sagrados, culminó en la promulgación de una ley de áreas protegidas, un hito impulsado por la dedicación y el liderazgo de estas comunidades y respaldado por instituciones aliadas.
El Origen de una Lucha
La historia de esta lucha comienza en los años 90, cuando los líderes del Alto y Bajo Isoso se unieron para enfrentar la amenaza de la expansión agrícola y la explotación de recursos naturales que ponían en peligro su modo de vida, su Yandereko. En ese contexto, la creación del Parque Nacional Kaa Iya del Gran Chaco, el más grande de Bolivia con 3.5 millones de hectáreas, marcó un primer gran paso hacia la protección de su territorio. Este parque no solo buscaba preservar la biodiversidad, sino también asegurar el territorio ancestral de las comunidades guaraníes.
Mientras tanto, los guaraníes de Charagua Norte, Charagua Sur y el Gran Kaipependi Karovaicho trabajaban por consolidar sus territorios ancestrales como Territorios Indígenas Originario Campesinos.
Lucía Sánchez, vicepresidenta de la Asamblea Autonómica de Charagua Iyambae, recuerda con emoción aquellos días iniciales: «Como habitantes de Isoso, vimos la necesidad de tener leyes que protegieran nuestras áreas naturales. Fue entonces cuando comenzamos a imaginar un territorio más amplio que garantizara la conservación de nuestros recursos».
Contagiar e Inspirar a los Hermanos: Pioneros en Autonomía y Guardianes de la Madre Tierra
Después de años de lucha incansable, los líderes indígenas de Charagua Iyambae lograron consolidar y titular sus territorios ancestrales. Sin embargo, su visión iba más allá de la simple posesión de la tierra; aspiraban a la autodeterminación y a gestionar su propio futuro. Así nació la primera Autonomía Indígena Originaria Campesina (AIOC) de Bolivia. Con valentía y determinación, estos líderes consiguieron reclutar aliados institucionales y gubernamentales que compartieron su esperanza y su sueño de un futuro autónomo.
Juntos establecieron el Gobierno Indígena Originario Campesino (GAIOC) Charagua Iyambae. Uno de los primeros logros del nuevo gobierno fue la promulgación de sus estatutos y reglamentos, que definieron su estructura de gobernanza y sus principios rectores, incluyendo el Yaiko Kavi Pave, su visión de vivir en armonía con la naturaleza.
Con la autonomía en sus manos, los líderes decidieron proteger y preservar su tierra y sus recursos naturales. Crearon tres áreas protegidas que reflejan su profunda conexión con el territorio: Ñembi Guasu, que significa Gran Refugio, simbolizando su compromiso con la protección y el resguardo; Irenda, el Lugar del Agua, vital y sagrado para la comunidad; y Guajukaka, el territorio del guanaco, una especie emblemática de su región. Estas áreas protegidas no solo son espacios físicos de conservación, sino también promesas vivas de cuidado y respeto hacia la Madre Tierra.
La Propuesta de una Ley
Inspirados por el éxito del Parque Nacional Kaa Iya, y la creación de las tres áreas protegidas, los líderes del Isoso comprendieron que era necesario formalizar una normativa específica que abarcase todas las áreas protegidas dentro de su autonomía. En 2019, durante una asamblea comunitaria conocida como «Ñemboati», se discutió por primera vez la idea de crear una ley que consolidara la gestión y protección de las áreas naturales. Las consultas realizadas a los comunarios mostraron un apoyo abrumador hacia la propuesta.
Con la ayuda técnica de la Fundación Natura Bolivia (FNB), se comenzó a elaborar un borrador de ley. Este proceso no fue fácil; requirió un arduo trabajo de recolección de datos, propuestas y constante consulta con las bases comunitarias. Lucía comenta: «Trabajamos de la mano con los técnicos de la FNB para levantar información y crear una propuesta sólida. Fue un proceso inclusivo, donde la voz de cada comunario fue escuchada».
Socialización y Consenso
El siguiente paso fue socializar la propuesta de ley en cada una de las zonas de Charagua Iyambae. Asambleas zonales se llevaron a cabo en Parapitiguasu y Charagua Norte, donde la propuesta fue presentada y debatida. La participación de las mujeres fue crucial en este proceso, aportando perspectivas y sugerencias que enriquecieron el documento final. Lucía destaca: «Nosotras, como mujeres, vimos la necesidad de participar activamente. Nuestro papel fue fundamental para asegurar que la ley reflejara las necesidades y deseos de toda la comunidad».
A medida que se avanzaba, se realizó una interzonal en 2022 para consolidar la propuesta y resolver los puntos de discordia. Con el apoyo de la Fundación CIPCA y la FNB, se hicieron las correcciones necesarias, y finalmente, el documento fue aprobado en una asamblea interzonal. Este fue un momento histórico para Charagua Iyambae.
La Promulgación de la Ley
En 2024, después de años de incansable trabajo, dedicación y más de 70 reuniones y asambleas, se promulgó la ley de áreas protegidas de Charagua Iyambae. Esta ley se convierte en una herramienta fundamental para la gestión, control y vigilancia de las áreas protegidas.
La asambleísta Lucía Sánchez, una de las principales impulsoras de esta iniciativa, no puede ocultar su orgullo: «Durante mi gestión, logramos concretar esta propuesta. Ahora contamos con la herramienta necesaria para proteger nuestras áreas naturales y garantizar un futuro sostenible para nuestras comunidades.»
Por su parte, Líder Céspedes, legislador de Alto Isoso, destaca: “La idea surgió con el propósito de adaptar las normativas a nuestro modo de ser y a nuestra forma de gobierno, especialmente en el manejo de las áreas protegidas.”
El Papel de los Capitanes
Los capitanes zonales jugaron un rol esencial en todo este proceso. Ricardo Romero (Alto Isoso), uno de los cuatro capitanes, recuerda: «Desde la creación del Parque Nacional Kaa Iya, sabíamos que proteger nuestro territorio era vital. Esta ley es una continuación de ese esfuerzo, una estrategia para defender lo que es nuestro».
Los capitanes no solo lideraron las consultas y asambleas, sino que también fueron los guardianes de la tradición y el conocimiento ancestral. Su experiencia y conexión con la tierra fueron fundamentales para diseñar una ley que no solo protegiera la biodiversidad, sino también los derechos y el bienestar de las comunidades indígenas.
El Desafío Continuo
A pesar de este gran logro, la promulgación de la ley es solo el comienzo. Ahora, la tarea es implementar y gestionar efectivamente las áreas protegidas. «Tenemos la herramienta, ahora debemos enfocarnos en la gestión», enfatiza Lucía. «Es crucial que todas las zonas comprendan la importancia de esta ley y se comprometan a su cumplimiento».
El liderazgo desde el Isoso ha sido un ejemplo a seguir. Los comunarios del norte y sur de Charagua están comenzando a entender la importancia de trabajar unidos para la conservación de sus territorios. La frontera agrícola, que avanza inexorablemente, es una amenaza constante que requiere una vigilancia y gestión continua.
Las Mujeres en el Proceso
El papel de las mujeres en este proceso ha sido significativo. Raquel Antunez, exlíder indígena de Charagua Norte y urubicha durante el período 2019-2022, reflexiona sobre su participación: «Como mujeres, entendemos la importancia de proteger nuestros recursos naturales. Sin agua, sin medicina, no tenemos nada. Nuestra participación en la creación de esta ley ha sido vital para asegurar que nuestras voces sean escuchadas».
Raquel y otras mujeres líderes no solo aportaron ideas y perspectivas, sino que también inspiraron a la comunidad a valorar y respetar el rol de las mujeres en la toma de decisiones. Esta inclusión ha fortalecido la cohesión comunitaria y ha asegurado que la ley sea un reflejo de todos los miembros de Charagua Iyambae.
Hacia un Futuro Sostenible
La Ley de Áreas Protegidas y Espacios de Conservación de Charagua Iyambae marca un hito crucial en la protección del patrimonio natural y cultural de un territorio con un legado de conservación. Con el 68% de su territorio bajo protección, Charagua Iyambae cuenta con cinco áreas protegidas de gran importancia ecológica: el Área Guaraní de Manejo del Agua Irenda, el Área de Vida del Guajukaka, el Área de Conservación e Importancia Ecológica Ñembi Guasu, el Parque Nacional y ANMI Kaa Iya, y el Parque Nacional y ANMI Otuquis.
El éxito de esta ley, sin embargo, dependerá de la colaboración continua y el compromiso de todas las comunidades. La historia de esta ley es un testimonio del poder de la unidad y la perseverancia.
María Teresa Vargas, directora ejecutiva de la Fundación Natura Bolivia, celebra con gran alegría este logro para el pueblo guaraní. Destaca que la ley es el resultado de un arduo proceso de construcción participativa, subrayando que no es solo una norma jurídica, sino un reflejo de la cosmovisión y los valores del pueblo guaraní.
Lucía Sánchez resume el sentimiento colectivo: «Esta ley es nuestra esperanza para el futuro. Es la herramienta que necesitábamos para proteger nuestra tierra y asegurar que las generaciones futuras puedan disfrutar de los mismos recursos que nosotros. Es un legado que dejaremos para nuestros hijos y nietos».
Esta ley representa una innovación en la gobernanza ambiental, al otorgar a las comunidades indígenas un papel protagónico en la gestión de sus territorios. Al crear una institucionalidad autónoma, la ley fortalece la capacidad de las comunidades para gestionar sus propios recursos y tomar decisiones sobre su futuro. Este proceso que duró 4 años fue apoyado por UICN NL, World Land Trust, Pew, Fundación Natura Bolivia, CIPCA, Ore, Nativa y la Plataforma Interinstitucional conformada por estas organizaciones que trabajan en el territorio.
La aprobación de la ley de áreas protegidas de Charagua Iyambae representa un hito histórico que merece el reconocimiento y apoyo de organismos gubernamentales nacionales e internacionales, como el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). Este logro es un llamado a fortalecer la colaboración entre los diferentes niveles de gobierno, organizaciones de la sociedad civil y comunidades indígenas para garantizar la implementación efectiva de esta ley y consolidar a Charagua Iyambae como un referente mundial en la conservación de la biodiversidad y el desarrollo sostenible. Es fundamental que se brinden los recursos necesarios para fortalecer las capacidades locales y promover la investigación científica, así como desarrollar proyectos productivos sostenibles que beneficien a las comunidades.
La lucha por la conservación en Charagua Iyambae continúa, pero ahora, con una ley robusta y el compromiso de sus líderes y comunidades, el camino hacia un futuro sostenible y justo está más claro que nunca. Esta es una historia de resiliencia, liderazgo y esperanza, un ejemplo de cómo las comunidades pueden unirse para proteger lo que es suyo y asegurar un futuro mejor para todos.