Don Julio Gallegos es un apicultor de Rasete, comunidad ubicada en el Municipio de Quirusillas, que desde hace una década conserva el bosque a través de la herramienta de Acuerdos Recíprocos por Agua (ARA). Su gran compromiso a lo largo de los años ha sido recompensado a través de un emergente negocio familiar de comercialización de miel silvestre. “Yo conservo el bosque, y este me devuelve con la floración, (…) que permite a las abejitas darme la miel”.
Y es que Don Julio recalca el gran valor que tiene para su vida el bosque. “Me gusta ver la naturaleza, me gusta ver un jochi, una pava, o un loro pinero”. Es así como nos comenta durante la firma del primer acuerdo, recibió politubos para riego, cajas de apicultura y alambres. Todo ese material le sirvió para mejorar la productividad de sus cultivos de hortalizas y cercar el paso de los animales a las áreas de recarga de agua, y así evitar su contaminación. Además, tuvo la oportunidad de descubrir una nueva labor, para la cual tiene mucho talento, como es la apicultura.
Don Julio agregó, “Antes me dedicaba a la cría de ganado y la agricultura, pero una vez descubrí esta nueva labor, elegí tener más abejas”. De esta forma, decide con el tiempo reducir sus cabezas de ganado, ya que requieren de al menos de tres años para que llegue a la edad adecuada para su venta. Durante su primer compromiso como guardián del bosque, recibe 5 cajas de abeja, que diez años después gracias a su esfuerzo se han convertido en 60 cajas.
Toda su trayectoria y compromiso, lo han convertido en uno de nuestros beneficiarios estrella, ya que cada año decenas de alumnos de la escuela de Acuerdos Recíprocos por Agua, llegan hasta el Municipio de Quirusillas para conocer su experiencia y el trabajo que realiza conservando sus bosques. Es por ello, que decidimos rescatar una pequeña parte de la vida de uno de nuestros guardianes de bosque, cuyo recorrido refleja los valores de la vida.